El tecnoestrés

El hombre parece estar desorientado respecto al uso de las máquinas que creó para su bienestar y para facilitarse la vida, ante tanta innovación es difícil mantenerse a la vanguardia todo el tiempo.
Hoy abrí mi agenda y encontré esta frase: “No dejes que tu experiencia de vida te transforme en una máquina”. Creo que el hombre está en busca del equilibrio, tratando de no deshumanizarse y de no humanizar a los ordenadores. Necesita reencontrarse consigo mismo y con sus valores.
La versión del “burnout” de la sociedad de la información se manifiesta en artículos como el siguiente:
TECNOESTRÉS

¿Qué pasa cuando los requerimientos de la Sociedad de la Información constituyen una verdadera amenaza para nuestra salud?
El tecnoestrés es una enfermedad que apareció de la mano de la era digital y que muchos padecen y, sin embargo, no lo saben.

Duele el cuello. El brazo y el hombro pesan. Las cervicales y la espalda no se soportan. Los ojos lloran, arden. El sueño es muy pesado. O demasiado liviano. Los nervios estallan. Duele el estómago. El correo electrónico es consultado decenas de veces por día. Nunca se apaga el celular. Se navega por Internet como autómata, no se sabe bien qué es lo que se está buscando.

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La calidad del acceso a la información

La globalización hace posible la difusión de la tecnología de la información. Pero también se puede decir que el mapa mundial está dividido en grandes bloques económicos y tecnológicos, lo cual está en directa relación con el acceso a la información.
Actualmente, incluso, existen diferencias entre la gente que tiene acceso a la información por medio de la tecnología. Es decir, entre aquellas personas que tienen banda ancha y las que no la tienen.
No tener banda ancha limita mucho al usuario de internet, no podrá navegar por páginas de video fácilmente ( You Tube) , o páginas que contengan imágenes ( Flickr) o el último entretenimiento en la red ( Second Life). Esta situación lo privará de muchas cosas en la sociedad de la información en la que están surgiendo nuevos medios.
Ya no solamente se trata de tener acceso a la información, sino de medir la calidad de este acceso.

Irresponsabilidad social

El panorama mundial debería cambiar mucho para contrarrestar los efectos del calentamiento global. Si el medioambiente de cada país se contaminara en proporción a su irresponsabilidad, sería más sencillo. Simplemente cada país se haría responsable por su parte. Pero este no es el caso.
Las chimeneas que en la madurez industrial eran símbolo de trabajo, crecimiento y avance, son ahora, símbolo de contaminación.
En el tren de la industrialización, los países se han vuelto ambiciosos por alcanzar crecimiento económico sin medir las consecuencias.
En el auge de la responsabilidad social hay proyectos de que no responden a las verdaderas necesidades del medio ambiente. Por ejemplo, cuando la gente va al cine le preguntan si quiere donar dinero para una institución sin fines de lucro que realiza operaciones de ojos, para que otros puedan ver películas(algo relacionado con el negocio, sin duda). Sin embargo, Hollywood es una de las industrias que produce más gases venenosos en Los Angeles. ¿Qué tiene que ver la noble tarea de financiar operaciones para ojos con los efectos que están produciendo los gases de la producción cinematrográfica?
Sería bueno que comencemos a entender que todo lo que hacemos tiene consecuencias globales. Tenemos un sólo mundo. Y mientras cada país y empresa piense sólo en sus ganancias no podremos encontrar soluciones para el calentamiento global